12/29/2010

MI NOMBRE ES JOAO FERREIRA




Otra condición que en mi persona me causa gracia y con lo cual juego mucho y burlo es de mi nombre. Mi nombre es Joao Ferreira, nombre tradicional portugués y por ende me facilita llegar a donde quiero llegar y como quiero llegar, porque he notado desde muy chico que causa gracia el puto nombre. Y creo se debe a que la gente le gusta burlarse del gentilicio portugués, obviando por inconsciencia o ignorancia el aporte cultural, afectivo propio de los latinos provenientes de Europa. Y también obviando su correcta pronunciación, y esto hago un paréntesis a explicar:

En el idioma portugués la palabra NO se escribe NÃO, la palabra CORAZÓN se escribe CORAÇÃO, o la palabra CURACIÓN nombre que le dio a la isla CURAÇÂO. Ahora bien, como se pronuncian esas palabras en Latinoamérica es fonéticamente igual a como se escribe, pero en portugués suena distinto, se oye algo parecido a esto: NAUN, CORASAUN y CURASAUN respectivamente. Entonces mi nombre correctamente pronunciado debe sonar algo así como YOÁN o YUÓN según sea la región o país de habla portuguesa, ah pero no, mi nombre suena a algo gracioso como YOHAO.

Y aquí viene lo que me arrecha un poco, por qué al escritorcito ese no le dicen CHAQUESPIARE o al cantantucho aquel TIMBERLAQUE ah no a ese si le dicen “Timberleic” al otro “Secspier” y yo que me joda con mi YOHAO, así es la vaina, ya no respetan a los portugueses que hasta nos sustituyeron en el chistecito del hombre a la luna, ya no hay un portu con abasto, ahora hay un chino con un supermercado, así es la vida de desagradecida con mi gente.

Volviendo al tema que me da gracia es que al preguntarme mi nombre y al responderle al interlocutor, o me presentan en algún sitio, hay un espacio de silencio, incómodo por cierto, y una mueca de sonrisa controlada que me hace pensar y nunca me equivoco que viene el chiste fácil: ¿Eres de Madeira? Porque de Madeira es Pinocho. Y zaz lo hacen como la novedad, como que patentaron el puto chiste que de paso es más viejo que la propaganda del limpiador de pocetas Más (que desmancha más, que brilla más y no mancha). O el otro chiste: chamo no pareces portugués, no te reconocí sin una barra de mostrador por el medio de los dos. Y el más cruel: ¿En qué panadería te graduaste?

Eso me ha dado pie para inventar mis propios chistes dejando a mis interlocutores con la boca abierta y les zampo sendas mentiras como: “En Portugal hay una Universidad para panaderos, es un mostrador que cruza la ciudad de Coimbra y mide aproximadamente diez kilómetros de largo por cinco de ancho y de ahí se gradúan los maestros de masa, pastelería y charcutería que luego son distribuidos por el mundo. Se gradúan con Filipina y La Toque Blanche en un acto hermoso luego de aprobar la tesis que consiste en elaborar un Pan de Jamón con las respectivas variantes con aceituna, sin aceituna, con aceituna con huesito y pasas de higos y uvas pasas con fruticas disecadas”. Y no me lo van a creer, me lo creen.

Una más fácil y rutinaria es cuando por la calle me gritan: “PORTU” y les contesto “Portu mala maña” y ya, se ríen y dejan la joda, pero hay una que es la estocada cuando se ponen necios con los portugueses y es la pregunta: ¿Tú conoces a un portugués malandro? Yo sí. Comienzo a imitar las maneras de un supuesto portugués malandro, tomando en cuenta que los portugueses no pueden pronunciar la CH suenan las palabras con CH algo así como Shamo, Shisharron, Cashapa. Imagínense palabras de jerga malandra en un portugués: Paneita, compeinshe, o un piropo: Esa mameita tas leinda, adeus mamaseita eso si ta bon.

La verdad me divierte las cosas que se pueden inventar made in Portugal. Cuando voy a Portugal los de allá se burlan igual de mi acento ya innegable venezolano, se burlan de mi ERRE que es distinta la pronunciación a la de mi país. Así que lo que es igual no es trampa, el peo es que lo sé yo y no los que me joden.