4/01/2011

SUPERSTICIONES VENEZOLANAS


Hay un mundo alrededor de las supersticiones que no me atrevo a penetrar por miedo a que me suceda algo que no quiero que suceda. Así es el mundo de las supersticiones que vivimos con la cotidianidad del desayuno, almuerzo y cena. Por eso las más alocadas situaciones se cruzan por la mente de los mortales que conjuran sus actividades a las más ridículas actividades, complicando de manera pródiga lo básico del desenvolver humano. Es increíble lo que una mente contaminada de supersticiones puede hacer y lo peor llevar a la acción desencadenando las mas estúpidas actividades envuelto en un manto se sabiduría popular, costumbres folklóricas y resoluciones que pocos manuales han publicado.

Así pues agrego un pequeño listado de supersticiones que por una u otra razón calan entre la mayoría de la gente, disculpando de antemano las que por desconocimiento no enumero o por miedo no publico, alguna de ellas son:

- Barrer los pies: Si alguien barre, todos evitan que por accidente o no, le sean barridos los pies. El conjuro o el maleficio que ocasiona este engendro acto, es que el afectado no se case, es decir no contraiga matrimonio. No entiendo este maleficio porque las encuestas dicen que los divorcios superan los matrimonios, por el contrario yo, cuando veo alguien barrer corro inmediatamente hacia la pócima mágica, que por experiencia me consta que no es efectiva ya que tengo dos matrimonios por el pecho. Por otro lado, es posible que la tradición se deba a que un novio fue a la iglesia a casarse, alguien barriendo le ensucio los zapatos y buscando un bolero para solucionar tal situación, llego tarde a la Iglesia y no se casó. O puede ser que la contaminación que provee una barrida, haya infectado al novio, este enfermó y se cayó el proyecto, cualquier cosa pasó que se institucionalizó esta creencia en los mortales.
- Cruzar el interior de una escalera: Esta creencia imagino que se originó por accidente. Pero no por un accidente de una circunstancia, sino por un accidente que llevo al gafo que pasó por el interior de la escalera a la sala de emergencias. También puede tener su origen en la creación y comercialización de las escaleras de aluminio, que atraen rayos y toda energía de la que es capaz de atraer este metal.
- Cruzarse con un gato negro: Esta superstición tiene madera. Esta superstición concede varias interpretaciones dignas de estudio para ingresar a la extinta “Válvula”. Si el gato cruza a la victima hacia la derecha, el mortal será victima de maleficios y mala suerte en la casa, si por el contrario cruza a la izquierda el mortal será victima de la mala suerte en la calle. Por último queda una duda, ¿que pasa cuando un gato negro se te viene de frente?, allí hay un vacio. Imagino que la persona que estaba estudiando el asunto, agarró un gato negro, lo paso para la derecha, lo paso para la izquierda y le cayó una roca del Himalaya en los Médanos de Coro y quedó la investigación hasta ahí.
- Cruzarse con un caballo o un perro: Esta superstición tiene su origen en el departamento de recursos humanos. Se dice que la persona que está buscando trabajo o empleo, va a realizar un negocio que le provea de ganancias monetarias, si en el camino se cruza un caballo o un perro, el negocio no se da. Yo tengo mis dudas sobre cómo se originó este principio, yo creo que la cosa va por alguna afición zoofílica del inventor de esto.
- Voltear los vasos después de lavarlos: Existe una tradición en algunos pueblos venezolanos que al lavar la vajilla, las tazas de café, los vasos y todos los corotos de cocina, éstos no pueden voltearse para ser escurridos. La consecuencia de tal descuido es que el marido se vaya de la casa. Claro y tiene sentido, si haces lo contrario, toda la vajilla queda escurrida y limpia, si haces caso a la superstición, la vajilla quedará con un fondo de residuos que va a trasmitir cualquier enfermedad estomacal que llevará al otro mundo al marido. Y claro viéndolo de este modo, el marido no se va de la casa, sino de este mundo.
- Tener un cuadro de la Mona Lisa o Gioconda en la sala: según la tradición tener este cuadro en casa produce también que el marido se vaya y deje el hogar. Pero es por lógica simple que se saca esta interpretación. Todo marido llega a la casa, y está la mujer de mal humor, formando peos, reclamando real, quejándose por todo y estás viendo en la sala aquella mujer con sonrisa enigmática, aquella tez lozana y rostro lleno y hasta rebozado de paz. Cualquiera sale corriendo a buscar donde carrizo está esa mujer.
- Derramar sal: esto tiene tela en todos los países. Su origen se remontan a la civilización egipcia, y como desapareció hice una investigación local sobre cuantas porciones de sal se necesitan para extinguir una civilización. Mi conclusión llegó a su fin cuando derramé sal en la mesa. Aquel peo por ensuciar el mantel. Me sentí egipcio.
- Romper espejos: Es imposible calcular el efecto de esta premisa. Se dice que el que rompe un espejo tiene 7 años de mala suerte. En Caracas los motorizados parecen tener la contra para el maleficio, cada uno debe tener acumulado más años de mala suerte que Matusalén en vida, y ahí están.
LAS CONTRAS:
- Toco madera: Tocar madera destruye un fenómeno optométrico muy difundido en nuestros días que es “el mal de ojo”. Tocar madera deshace cualquier maleficio y es comodín de varias generaciones de supersticiosos. Mi pregunta es, ¿Qué sensación de seguridad puede generar en un ser mortal el hecho de tocar 3 veces un trozo de madera? Debe existir un falotema escondido en todo el asunto que confieso no pienso averiguar.
- La sal: Si existe una contra más extraña es la de la sal. Derramar sal da mala suerte, solución: derramar más sal. Me gusta el principio aplicado a la infidelidad. Te soy infiel, solución, voy a una orgía y ya. Interesante las soluciones aplicadas con el método de la sal.
- El guillo: Todo mortal supersticioso en Venezuela, conjura una contra ante la amenaza bien singular, y se denomina guillo. El guillo es una expresión corporal que consta en alzar el dedo índice y el dedo meñique mientras los otros dedos se cierran como un puño. La mano queda al espectador, escenificando un “cacho”. Este conjuro debe ser sincronizado con la emisión de la palabra mágica: que es “GUILLO” y ya, solucionado el problema. Si por cada vez que dijera “guillo” se solucionara el problema, creo que viviera en un mundo de luz y color.
- La sábila: una vez leí una pregunta: ¿en qué se parece la sábila a un ministro de cualquier país? Respuesta: en que cada día que pasa se le consiguen mas propiedades. Pues sí, una de las propiedades de la sábila es la de ahuyentar las malas vibras, y descomponer conjuros. Es tradición en muchos países colocar en el dintel de la puerta una matica de sábila. Hoy en día es más propicio un detector de metales, pero eso es otro tema.
- La cruz de palma: Es tradición en Semana Santa ir en Domingo de Ramos a la iglesia a recoger la Palma Bendita. Los feligreses y los no tan feligreses toman la palma que bendijeron en el acto eclesiástico, la doblan hasta convertirla en una cruz que va a acompañar en el dintel a la sábila.
Hay muchas más creencias. Simón Días escribió sobre el Alcaraván y otros poemas. Existe la Sayona, El Silbón, La Llorona. Existe el maleficio del cigarrón y tantas cosas más que por espacio y tiempo obvié en este contenido. Disculpen y no me vaya a hacer una pava por no nombrarlos. Pero como dijo Santos Luzardo, “a mí no me cae nada de eso, porque no creo en ello”